viernes, 6 de abril de 2012

Mujeres Kamikaze




"Harriet Harmon. Me avergüenza confesarlo, pero Harriet Harmon sigue siendo, fue…el gran amor de mi vida. Tuvimos una relación muy apasionada. Yo la quería con todas mis…fuerzas y, bueno, hacíamos el amor en todas partes. Era sexualmente devoradora. Hacíamos el amor en los ascensores, entre los arbustos y…en casa de otra gente. En las fiestas nos escondíamos en el cuarto de baño y, me avergüenza confesarlo, cuando estábamos en el asiento de atrás de un coche ella, ella…nos tapaba con el abrigo y entonces, me cogía la mano de pronto y se la metía entre las piernas. Era realmente…tremenda. Y bueno, era…extremadamente, extremadamente… libidinosa. ¿Entiende lo que quiero decir? Era, era… quería hacer el amor con otras mujeres, y durante una temporada empezó a drogarse. Tomaba, rompía esa cosa que…se esnifaba en el momento de tener un…orgasmo. En fin, para mi fue…toda una educación. Yo estaba fascinado, ¿sabe?, estaba completamente loco por ella. Y bueno, al final (risitas) acabo en un Psiquiátrico. No tiene nada de graciosos, claro. Fue muy triste. Era…bueno…estupenda, pero…pero estaba como una cabra. Mire, Yo siempre he tenido… debilidad por…lo que yo llamo “Mujeres Kamikaze”…porque, ah, son…las llamo Kamikaze porque, bueno se estrellan con el avión. Son autodestructivas. Pero se estrellan contigo y tú te mueres con ellas. Pero mientras haya un reto, mientras haya muy pocas posibilidades de que la cosa resulte, o ninguna, algo se estimula en mi imaginación. Tal vez porque soy escritor. Algún elemento dramático o estético entra en juego y me siento atraído hacia esa persona. Y si hay una cierta atmósfera dramática, entonces casi al momento me enamoro de la persona, me enamoro de la situación en cierto modo. Y, la verdad, no me han ido muy bien las cosas."

                                                                                   Woody Allen, Maridos y Mujeres 1992

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